domingo, 1 de marzo de 2009

Inmerso nuevamente en Córdoba y su patético sistema de transporte.

Terminó el viaje. Regresé a Córdoba el jueves 26. De nuevo en el calor y en la realidad decepcionante del transporte cordobés.
Todos los mejores recuerdos del viaje, toda la alegría de encontrarme con Maru y mi familia pero también la decepción de renegar con los colectivos locales.
Podría escribir sobre muchas cosas, pero ahora pienso en los "bondis". No hablo de la antiguedad del parque automotor, de la comodidad de los colectivos, la manera de conducción, el cumplimiento de las frecuencias. ¡¡Hablo de las peripecias que hay que hacer para conseguir un cospel!!
Me enojé con nuestro transporte de porquería, el sistema de distribución y compra de pasajes. Termina uno pidiendole por favor al chofer que reciba monedas y no cospeles. Casi como si uno fuera un transgresor, y la obligación de los choferes es exigirte cospeles...
Para nosotros cordobeses nos parece lo más habitual; desafío a cualquiera que se lo explique a alguien de otro país y ahí caerá en la cuenta de que lo que para nosotros es cotidiano es un sistema pésimo y completamente molesto para el usuario.
En francia hay cabinas automáticas donde comprás los pasajes y la máquina te da vuelto en monedas, acá de noche es imposible conseguir cospeles, y de día es difícil si no estás en el centro.
Parece un lujo, algo imposible para nuestros presupuestos pero no tendría que ser así: colectivos con aire acondicionado, mapas de la ciudad con los circuitos de las líneas en cada parada, saber la hora a la que pasará el colectivo, decirle hola, chau y gracias al chofer (como se le dice a cualquier persona).... lo leo y parece que hablara de una utopía irrealizable. Todo lo contrario: un transporte óptimo es completamente factible, resuelve los problemas de los usuarios que pagan el servicio, mejora la economía local y favorece el turismo.
Pienso, comparo y me indigno por la molestia de tener que conseguir el cospel. ¿Y la empresa que gestiona todo no previó esta situación?
Cualquier empresa te pone todas las facilidades para que compres el producto, acá sos vos el que tiene que hacer malabarismo para viajar y arregláte como puedas.
El sistema solo funciona con subsidios, la municipalidad debe luchar contra los paros y los pedidos de aumentos salariales, permanentemente hay cambios de recorridos, no es raro ver un colectivo detenido en la calle porque necesita reparación. Nos hemos acostumbrado a un "servicio" nefasto de mínima calidad.
En las ciudades europeas si comprás varios boletos tenés descuentos, tenés pases especiales por todo el día, la semana o el año. Podés combinar gratis una linea con otra durante una hora, o sea con un boleto tenés toda la red. ¿No se puede aplicar algo de eso?
No quería hacer un comentario de este tipo, ya que despierta algunas susceptibilidades y muchos se ofenden frente al discurso que alaba lo extranjero y critica lo propio ("andáte a vivir afuera, entonces" responden) pero no viene mal resaltar lo obvio que está delante de nuestros ojos pero que ya no vemos por verlo todos los días.

2 comentarios:

Daniel dijo...

Hola Esteban;

tu artículo viene muy bien para despertarnos. Nuestro sistema de trasporte da ocote, y no sólo porque los manejan mafias sino porque nosotros mismos no tenemos los huevos de ponerlos en vereda.
Daniel S.

Ricardo Cortés dijo...

Pero que suceptibilidades ni nada... es una mier el transporte y la reput...
Me compre la tarjeta red bus y con eso zafo la cargas y andas en cualquier bondi pero la puta... que fiero que es renegar cuando se te queda sin credito... despues se preguntan por que se venden tantas motos mel...