lunes, 27 de abril de 2009

"Un médico conocido, en vez de quedarse acá se fue a trabajar a paraguay y le pagan un montón (...) hay miles de paraguayos poco calificados que vienen acá y trabajan de lo que sea. Algo estamos haciendo mal como país".
Esas fueron las palabras de un amigo con las cuales tuve mucha discusión. Detrás de la crítica y la "reflexión" se esconde a mi juicio un pensamiento conservador y discriminador.
¿Por qué nos molesta que vengan tantos bolivianos y paraguayos si no consiguen posibilidades en su propio país? En España e Italia dicen lo mismo de los argentinos. Además ¿No es lógico que alguien busque progresar y satisfacer sus necesidades económicas básicas?

Indigna escuchar el "los extranjeros vienen a robarnos trabajo", cuando quien pronuncia esa frase jamás haría el tipo de trabajo que hacen esos extranjeros.
Y detrás de todo ese análisis económico hay un egoísmo: Nosotros nos tenemos que precupar por nuestro país, los de afuera que se preocupen ellos por su propio país... O sea, me molesta que haya mil bolivianos que trabajen por la mitad de lo que gana un argentino, pero ¿por qué no molesta que en Cochabamba o Potosí una familia entera boliviana subsista una semana con lo que gasta uno solo de nosotros en un fin de semana? HABRÁ QUE DEJAR DE PENSAR EN TÉRMINOS DE PAÍSES Y PENSAR EN SERES HUMANOS. Sino siempre habrá flujos migratorios hacia donde esté la riqueza, por más muros o barreras que se pongan.

Criticamos a los yanquis que ponen un muro a su frontera con México, pero nosotros tenemos un muro mental con los paraguayos y los bolivianos. Ya que no hacemos nada por los seres humanos que sufren en Paraguay o Bolivia, al menos estaría bueno derribar ese muro...